Conocé nuestra historia

La creación del SINASSASS constituye un hecho singular en la historia del Seguro Social, ya que los Administradores de Hospitales, Clínicas y Áreas de Salud, tradicionalmente fueron considerados, en su ámbito de competencia, como representantes de la jerarquía institucional

Esa conceptualización, o forma de ver a los Administradores en los Servicios de Salud, caló como tal y por varias décadas, fue práctica y costumbre que los servidores en esos cargos, no figuraran como militantes en las organizaciones sindicales. En gran medida esta conducta fue justificada por aparente choque de intereses, dado que ante eventuales conflictos laborales locales, el Administrador cumplía un rol de representante patronal, en el binomio patrono-trabajadores, representados estos últimos por los sindicatos. Esa situación fue consolidada como tal y perduró por muchos años, tanto como para afirmar que durante cinco décadas o más, los Administradores de Hospitales y de Clínicas (las Áreas de Salud aparecieron recientemente) no figuraron como militantes en las organizaciones sindicales, hasta que el quince de diciembre del año 2007, el SINASSASS rompió ese paradigma.

¿Y cuáles fueron entonces los hechos tan relevantes, capaces de cambiar el rumbo a la historia en tan corto tiempo?.

Es probable que para responder a esa interrogante, baste tan sólo con recurrir a los considerandos que, como justificantes de la creación del SINASSASS, figuran en su acta constitutiva.

Importante destacar que, pese al dramático contexto que se encierra en los considerandos transcritos, como antecedente inmediato a la creación del SINASSASS, en sus impulsores siempre estuvo claro que la amenaza mayor estaba recayendo en la propia Caja como Institución, particularmente por el daño irreparable que se estaba causando a su clima organizacional laboral, en franco deterioro de la toma de decisiones que finalmente terminaría perjudicando a los usuarios de los servicios. Por tanto, se consideró que los propósitos y fines de la emergente Organización, debían estar “cobijados” por la defensa de la Institución en primer término y en un segundo plano, los intereses de sus agremiados.



Razones que motivaron nuestro origen

  1. Que la Administración de los Hospitales a través de la historia había sido ejercida por Administradores que, aunque empíricos en las primeras décadas del Seguro Social, siempre hubo tras ella, personas que dieron lo mejor de sí y contribuyeron en gran medida al desarrollo de la Caja Costarricense de Seguro Social y particularmente, en la evolución y consolidación del traspaso de Hospitales a la Caja, como hecho histórico de relevancia singular en la universalización de nuestro Sistema Hospitalario.

  2. Que, por razones históricas, que encuentran explicación en lo incipiente de nuestro sistema educativo en la década de los años cuarenta, cuando el Seguro Social emergió y comenzó a sentar sus bases hacia lo que tenemos hoy día, la jerarquía de los Centros Hospitalarios recayó en la figura del Médico, como el profesional titulado de la época, aunque su formación curricular, no incluía absolutamente nada de Administración, disciplina que se desarrollaría posteriormente.

  3. Que, en ese contexto, pese a su condición de subordinado jerárquico, el Administrador ha sido el guía por excelencia en la conducción de los procesos administrativos, sirviendo incluso de respaldo permanente y custodio para que las acciones y decisiones del jerarca del hospital, fueran a derecho y tuvieran acierto.

  4. Que tales circunstancias, configuraron el binomio Director-Administrador, como las instancias de mayor rango que, en el orden de prioridad señalado, tradicionalmente han figurado como la cabeza de la organización.

  5. Que con el paso de los años, la disciplina de la Administración en nuestro medio fue desarrollándose y con ella, los Administradores de Hospital también fueron evolucionando hasta profesionalizarse, de manera tal que hoy día es obligado que todo centro hospitalario tenga al frente de la Administración a un (a) profesional titulado (a) en el Campo y en las demás instancias como las Áreas de Salud y Sucursales, también es común que estén comandadas por profesionales en el campo de la Administración o en otras disciplinas de las Ciencias Económicas.

  6. Que a pesar del nivel profesional ostentado y de enarbolar por muchos años “bandera blanca” con planteamientos sobre temas diversos de interés Institucional sin ser escuchados ni atendidos, al menos con respeto por las autoridades superiores de turno, priva un sentimiento generalizado de menosprecio para nuestras profesiones y para el rol que cumplimos en nuestros Centros de Trabajo.

  7. Que los planteamientos para mejorar en nuestras unidades de trabajo no son atendidos, pero en el momento de un problema surgido, se nos responsabiliza directamente sin mayor valoración de las condiciones difíciles y hasta precarias en algunos casos, como nos corresponde desarrollar nuestras actividades.

  8. Que la alta incidencia de investigaciones administrativas en contra de los Administradores de Servicios de Salud con tendencia más hacia la búsqueda de culpables que a la de soluciones, han creado un clima de desconfianza y de “terror”, en el que los trabajadores al frente de la toma de decisiones, nos sentimos amenazados en todo momento.

  9. Que como consecuencia del menosprecio a nuestras profesiones y a nuestro rol, no sólo se han visto lesionado nuestros intereses profesionales, sino también nuestros intereses económicos, ya que los ingresos de nuestro gremio no han crecido al mismo ritmo de otros puestos tradicionalmente considerados homologables y por el contrario, se han creado diferencias donde no las había y se han ensanchado brechas salariales que se pretendían reducir, como por ejemplo con los Directores Generales de los Hospitales.

  10. Que las reiteradas e ingentes gestiones de acercamiento promovidas durante varios años hacia las instancias superiores de la Institución, para propiciar un diálogo abierto y constructivo que permitiera conciliar intereses, lejos de dar resultados positivos, acrecentó el sentimiento de displicencia para con nuestra profesión y para el rol que cumplimos en nuestras unidades de trabajo.

  11. Que al no tener apertura de los niveles superiores para dirimir y resolver la problemática atinente de nuestras Unidades y del gremio, se ha estimado necesario la conformación de un sindicato que, amparado por el fuero sindical y por el respaldo de acuerdos y organizaciones internacionales afines, nos permita acceder a los espacios e instancias que hoy han permanecido cerradas.